Ha sido aprobado el estándar para desplegar redes inalámbricas con una cobertura de 100 kilómetros y 22 megabits por segundo.
Los llamados “espacios blancos” son frecuencias no utilizadas que se ubican entre los canales de TV con el objetivo de evitar interferencias. Con el avance de la digitalización y el apagón analógico que se está llevando a cabo alrededor del globo, estos espacios pueden ser utilizados para implantar un wifi de largo alcance, conocido como «super wifi». De momento, ya tenemos un estándar: La IEEE aprobó al 802.22, también conocido como “WRAN”, con una velocidad máxima de 22 megabits por segundo y una cobertura de cien kilómetros.
Las comunicaciones han revolucionado la forma en la que vivimos, y todavía queda mucho por venir. Imagina por un momento que Internet sea algo tan natural como un canal de televisión. Olvídate de puntos de acceso, interferencias causadas por paredes, o congestión en los canales. Ordenadores, móviles, tablets, electrodomesticos de línea blanca, prácticamente todo lo que pudiera hacer uso de una señal de internet, tendría acceso a ella sin la necesidad de cables o instalaciones complejas, a través de distancias que demandarían un alto costo si se las quisiera sortear por medios convencionales. La llamada “Red de Área Regional Inalámbrica”, también conocida como “WRAN”, está cada vez más cerca de nosotros, ¿y qué mejor manera de comenzar que con un estándar?
La IEEE ha aprobado al estándar 802.22, el cual utilizará bandas ubicadas entre el VHF y el UHF, más específicamente, entre los 54 y los 862 Mhz de frecuencia. Si tomamos como ejemplo el caso de Estados Unidos, las bandas asignadas por el estándar son cinco: 54-60, 76-88, 174-216, 470-608 y 614-618, un equivalente a 47 canales. Tal y como mencionamos al comienzo, esto es posible gracias a los espacios blancos, surgidos gracias al apagón analógico que se está realizando en una importante cantidad de países (España lo completó en abril de 2010). El estándar especifica varios métodos que permitirán la transmisión de datos sin afectar las transmisiones de TV existentes (sean digitales o analógicas), y las de aquellos dispositivos licenciados como los micrófonos inalámbricos.
En zonas rurales
El resto de las especificaciones hablan de un acceso de banda ancha con una velocidad máxima de 22 megabits por segundo, y un alcance de hasta cien kilómetros. Se trata de algo en verdad impresionante, pero existen algunos detalles que nos obligan a colocar los pies sobre la tierra. Las señales WRAN tienen como principal objetivo a áreas rurales, con baja densidad poblacional, o en donde no existe la suficiente infraestructura. Dicho de otra forma, las grandes urbes podrían seguir ofreciendo banda ancha por las vías “convencionales”, mientras que las señales WRAN serían destinadas a otras regiones, y con un costo inicial probablemente mayor. Aún así, no dejaremos de lado el sueño de que internet se encuentre en todas partes, sin importar la distancia.