RIM, al rojo vivo
La situación de RIM es más tensa que nunca; los accionistas piden cambios drásticos en los puestos directivos y los empleados también se han pronunciado por medio de una carta en la que alertan a la cúpula del “caos” que se vive dentro de la compañía.
Los primeros en expresar su descontento ante el devenir de RIM fueron los accionistas, que llegaron a denunciar a los CEO acusándoles de ocultar información. Esta presión ha hecho que RIM se comprometa a analizar el modelo directivo actual, en el que Mike Lazaridis y Jim Balsillie ostentan conjuntamente los puestos de presidente y CEO.
Para evitar más fracturas internas RIM ha rechazado someter este asunto a votación y ha anunciado que establecerá un comité independiente para estudiar la mejor forma de modificar la estructura corporativa.
Pero el río no sólo anda revuelto en los puestos de arriba, los empleados también están desconcertados y uno de ellos no ha tenido reparos en dirigir una carta a la dirección en la que les alerta de una pérdida de confianza entre la plantilla.
“Aún cuando lo oculto en el trabajo, mi pasión se ha visto minada. Sé que no soy el único. Espero desesperadamente que RIM recupere su posición como líder”, explica el trabajador en la carta, “tienen empleados listos con grandes ideas para el futuro, pero desafortunadamente la cultura de RIM no nos permite expresarnos abiertamente”.
En la misiva además propone varias vías para salir de esta situación “caótica” como enfocarse en la experiencia de usuario final, priorizar la calidad sobre la cantidad, dar más poder a los desarrolladores y a los empleados, realizar cambios en la estrategia de marketing y mayor humildad frente a los competidores como Apple.
La respuesta de RIM no se ha hecho esperar. Para empezar la compañía pone en duda que el remitente sea “un empleado de alto nivel” y sugiere que puede tratarse de una carta falsa o “escrita con segundas intenciones”. En cualquier caso, RIM reconoce que están atravesando un momento de transición, pero aseguran sentirse “optimistas” ante los productos que lanzarán en los próximos meses.
Después se dedican a aportar datos para demostrar que tienen una posición económica fuerte, sin contestar con franqueza a la llamada de auxilio del empleado.