Tim Cook, nuevo CEO de la compañía de Cupertino, conducirá el acto de presentación, reemplazando al legendario Steve Jobs. Apple necesita un producto que le permita enfrentar el crecimiento de Android, el sistema operativo más usado del momento.
Samsung no para de crecer. Android tampoco. El smartphone más codiciado del mundo, que salió a eclipsar el mercado en 2007, este año va a tener que salir a diferenciarse de la competencia.
La caída abrupta de Nokia, que perdió más del 30% de su market share durante 2011, ubicó a Apple en el primer puesto de las prefencias del público, con un porcentaje de mercado del 18,4%. Nada mal para un producto que lleva apenas cuatro años en las vitrinas y es bastante caro (especialmente fuera de Estados Unidos, impuestos aduaneros mediante). Sin embargo, la empresa de Cupertino no puede confiarse. Detrás, muy cerca, Samsung demuestra su creciente poderío. La compañía surcoreana conquistó el 17,8% del mercado apoyándose en su línea Galaxy de smartphones. Precisamente, el Galaxy S II ya se postula como el gran competidor del iPhone modelo 2011.
Hoy, Apple deberá demostrar que luego de un parate de 15 meses está preparada para ofrecer un producto de primera calidad, único en el mercado, para impedir que Samsung y sus smartphones basados en Android sigan creciendo, amenazando su primer lugar en el mercado de dispositivos móviles.
Ya sin Steve Jobs al mando, será el turno de Tim Cook, su mano derecha y nuevo CEO, de presentar el iPhone 5 (o iPhone 4S, según algunos rumores). Esta tarde, cuando comience el evento “Let’s talk iPhone” (“Hablemos del iPhone,” en español), se develará el misterio sobre las nuevas características del iPhone. Y comenzarán automáticamente las repercusiones entre fanáticos, periodistas, inversores y rivales.