Una carta abierta de varios grupos feministas, reclamando la falta de efectividad de la red social para controlar el contenido ofensivo que generan algunos usuarios, generó una rápida respuesta y la promesa de cambios.
Es poco frecuente que una gran compañía admita en forma pública y a viva voz falencias de su funcionamiento, o parte de él. Cuando lo hacen, es digno de ser destacado. Un caso reciente es el de Facebook: la red social más popular de Internet admitió que sus sistemas para remover expresiones de violencia y discriminación no han sido lo suficientemente eficientes, en particular en lo que refiere a violencia de género.
Hay que decir que este reconocimiento, inusual como hemos dicho, no aparece en forma aislada y puramente espontánea. El extenso comunicado (se puede consultar en este enlace, en inglés) aparece luego de que las agrupaciones The Everyday Sexism Project y Women, Action & the Media, acusaran a Facebook por sus insolvencias en este terreno e iniciaran una campaña de boicot publicitario contra la red social.
¿Por la plata baila el mono? La divulgación de estas denuncias ha despertado rumores acerca de firmas que estarían quitando sus anuncios de la red liderada por Mark Zuckerberg. MediaWeek informó que más de diez marcas quitaron sus publicidades de Facebook luego de la campaña iniciada por la agrupación feminista.
“Necesitamos mejorar y lo haremos”, anota Facebook en el marco de una encrucijada que, como hemos visto, trasciende lo social y funcional del sitio: también involucra una parte importante de los ingresos de esta red.