Las Surface no caminan y las acciones de Microsoft se desploman
La firma dirigida por Steve Ballmer sufrió la peor caída en cuatro años en el valor de mercado de sus acciones luego de hacer públicos los resultados de su último trimestre de ventas. Su línea de tablets sigue sin imponerse en el sector.
No se advierten aguas calmas en Microsoft. Veamos algunos fundamentos para esta afirmación: Steve Ballmer, CEO de la compañía, anunció una importante reestructuración interna; decisiones en torno al entorno Xbox experimentan curiosos vaivenes y Windows 8 no termina de afianzarse entre los usuarios al punto que han debido presentar una actualización temprana. En tal contexto, el éxito no aparece para las tabletas Surface, una de las grandes apuestas en la historia reciente de los creadores de Windows. De hecho, recientemente la firma de Redmond anunció una baja en el precio de venta en algunos mercados de la versión RT de este equipo, para el cual no se han obtenido las ventas esperadas en un inicio.
Analistas de mercado indican que los potenciales conductores clave del crecimiento de Microsoft, tanto para Windows 8 como Surface, parecen decaer de cara al año 2014. Más allá de las previsiones, Microsoft puso datos reales sobre la mesa; no muy favorables por cierto. La firma reportó ganancias trimestrales por debajo de lo esperado, asumiendo gastos inesperados por US$900 millones a causa del stock de tabletas que no han sido despachadas.
Un día después de la publicación de estos resultados, las acciones de Microsoft cayeron 9 puntos porcentuales, registrando uno de los más importantes desplomes en los últimos años de esta compañía. Barnicle, analista de mercado de Pacific Crest Securities, dijo:“Éste es el incumplimiento de pronósticos más grande que hemos visto de parte de Microsoft, el mayor de lo que puedo recordar”.
“Surface amarga el trimestre a Microsoft”, tituló CNN Expansión. Un sitio mexicano dijo: “Viernes negro para Microsoft”. “El beneficio de Microsoft incumple las expectativas”, afirmó Europa Press. Luego de estos vientos desfavorables para uno de los gigantes de la industria, resta por ver si la restructuración anunciada comienza a rendir sus frutos y, dependiendo de los resultados, si Steve Ballmer seguirá timoneando el barco de Microsoft.