Cada diciembre del calendario, muchos, o casi todos las personas se ponen a reflexionar y realizar balances acerca de las metas propuestas el año anterior, su evolución y por supuesto su resultado final. Si pensamos en el tiempo como un ciclo perfecto que se renueva año a año, por qué entonces no pensar que cada persona puede acompañar este paso ritual alrededor del sol, y renovarnos con él para obtener más y mejores logros.
Según un filósofo griego llamado San Agustín, el tiempo no es más que una ilusión humana, porque si preguntamos a alguien “¿qué es el tiempo?”, seguramente nos responderán que es una unidad de medida, y que podemos clasificarlo como pasado, presente y futuro. Pero la paradoja comienza cuando uno se repregunta tal cual lo hizo el teólogo en la antigüedad. “Si el pasado ya pasó y por tanto no es, el presente cuando lo pensamos ya pasó a formar parte del pasado por lo tanto tampoco tiene entidad en sí mismo, y el futuro aún no ha pasado y por consiguiente tampoco es”, se llega a la conclusión que el tiempo es una concepción humana, que muchas veces en lugar de aventajarnos e impulsarnos a dar lo mejor de nosotros nos ata y nos preocupa.
Entonces para “no perder más tiempo” en balances y recriminaciones innecesarias, podríamos comenzar a plantearnos este año como una etapa ideal para renovar todos los aspectos profesionales que creamos necesarios para alcanzar nuestros sueños y metas. Ten en cuenta que para tener éxitos en los negocios, debes conjugar la actitud correcta, la predisposición mental, la perserverancia en el esfuerzo, y el equilibrio entre todas las áreas de tu vida.
Siguiendo con las analogías de la era helena, en EnvialoSimple vamos a citar 4 hábitos que recomiendan los grandes filósofos para abrir la mente, destrabar los pensamientos y ser más productivos.
Socrátes y el método mayéutico.
Obsérvate, y como el gran maestro de las preguntas, comienza a indagar dentro de tí por todos los aspectos que siempre te has temido preguntar, o bien por ser banales nunca les has prestado atención. Pregunta por tu infancia, tus gustos, aspiraciones, tus elecciones y también por sus conductas y valores.
A continuación, y como inspiración, transcribimos un fragmento de uno de los más famosos diálogos socráticos, acerca del poder y la justicia
Sócrates.- ¿Llamas tú al mismo mejor y más poderoso? Pues tampoco antes fui capaz de entender lo que tú estabas realmente diciendo. ¿Llamas tú mas poderosos a los más fuertes y deben obedecer los menos vigorosos al más fuerte…? Defíneme esto con claridad: ¿es lo mismo lo más poderoso, lo mejor y lo más fuerte o es diferente?
Calicles .- Bueno, pues te lo digo claro: son la misma cosa.
Sóc.- ¿Y entonces no es la multitud por naturaleza más poderosa que uno? Ésta establece las leyes contra ese uno, tal como tú decías ahora mismo.
Cal.- ¿Cómo no?
Sóc.-Así las leyes de la multitud son las de los más poderosos.
Cal.-Desde luego.
Sóc.- ¿Y no entonces las de los mejores? Visto que al parecer, según tu razonamiento, los más poderosos son los mejores.
Platón y el mundo de las ideas.
Platón es y siempre ha sido el gran maestro del idealismo, planteándose en tus teorías el fantástico mundo de las ideas, y su division con el mundo de los objetos.
Para Platón la virtud de cada hombre radica en encontrar aquella idea suprema que nos mantenga focalizados, andando y motivados para conseguir los logros. Esa idea del bien, es única y personal, y al hallarla encontrarás el valor para plantearte las metas necesarias para conseguir tus propósitos.
Aristóteles y el punto medio.
Además de filósofo, el padre del racionalismo ha sido un pilar indiscutido en varias disciplinas tan diversas como lógica, astronomía, matemática ,filosofía política, biología o física, y ha postulado que en el punto medio de los polos de cada emoción humana se encuentra el balance y equilibro que todo ser humano necesita, en los negocios y en su vida diaria.
Aristóteles entonces profesa que ni la ambición, el exitismo, o la arrogancia son considerados virtudes, porque éstas devienen de un extremo, pero que si tomamos cada rasgo y lo colocamos en el punto medio conseguiremos el equilibrio.
¿Algunos ejemplos?
Exceso: la Temeridad – Defecto: la cobardía -> Punto Medio: la Valentía
Exceso: el Despilfarro – Defecto: la tacañería -> Punto Medio: la Generosidad
Exceso: la Adulación – Defecto: Mezquindad -> Punto Medio: la gentileza
Descartes y la duda metódica.
Dudar en la actualidad se ha tomado como un precepto que destila inseguridad y falta de convicción, pero si nos avocamos al método cartesiano y sus postulados veremos claramente como la duda es la herramienta principal que tienen las personas para evolucionar y cuestionarse dogmas preestablecidos.
Descartes partía de la base que los sentidos eran engañosos y se valía de la representación de un bote en el agua, que al mirarlo fijamente parecía quebrado, pero en realidad era una distorsión de la visión. Entonces, como muchas veces, las cosas y las circunstancias no son lo que parecen, y la duda se asoma como un elemento de salvación y crecimiento. Dudemos primero hasta encontrar aquellos valores que defenderemos con toda convicción.
¡Feliz 2017 para todos!