A veces nos encontramos tristes, melancólicos, o enojados sin sentido. Los sueños parecen quimeras, las personas que queremos se han decepcionado con nosotros, y hasta el espejo nos devuelve una mirada que nos disgusta. Es entonces cuando repentinamente irrumpe en nuestras vidas una sorpresa, un regalo inesperado, una palabra reconfortante, un asombro, un atardecer de colores...