Pensemos un instante en cuando íbamos a la escuela primaria y nos enseñaban matemáticas, lengua o ciencias sociales. El patrón de conocimiento para aprender era seguir consignas claras, memorizar y razonar. Luego ya en la secundaria, si bien se agregaban materias y profundizaciones, el sistema permanecía inalterable. Y ya de adultos al entrar en la universidad, vivenciamos...